Instalación cuyo único material son letras

Monday, December 25, 2006

Un suicidio

Para ser invierno la escena es bastante otoñal, el camino esta cubierto por hojas secas. Es la parte más alta de la colina en un valle que siempre ha querido ser un bosque, todo alrededor esta cubierto por árboles que descansan acostados sobre el agua de un lago que nunca ha estado ahí. Lo único humano de esta fotografía: una carretera de doble sentido que corta la imagen por la mitad, una casa bastante discreta con un techo de tres aguas y una pequeña banca que esta frente a la casa, del otro lado del camino. Sin justificación alguna; el acto de la escritura es una exposición del yo realizada para el ello.

Atemorizado por la modernidad un placer de personalidades múltiples decidió no mirar nunca más a los ojos a lo contemporáneo. El deseo cuando tiene el privilegio de la existencia, del cual no goza siempre, suele jugar domino con el tiempo, los domingos por la madrugada, en una cornisa de un rascacielos de la época de colonia.

En la pequeña banca esta sentado un cinescopio, mira a su al rededor y disfruta con el paisaje, siempre le han gustado los ambientes naturales. Han pasado ya varios días desde que intento suicidarse y aun sigue pensando qué pudo haber fallado, desde que tiene lo que el considera un “uso real de conciencia” el único deseo que ha ocupado su pensamiento es el de matarse en el acto con mayor cobertura mediática que le sea posible. Sus pies juguetean con las hojas secas que cubren el camino, mientras contempla el armónico bailoteo de estas en el suelo, su cabeza le manda todo el tiempo las imágenes desordenadas de aquel día: El momento en que bajaba de la limosina, la mulata de cuerpo escultural con quien charlaba mientras repetía mentalmente los últimos detalles de su plan, aquel elemento de seguridad con traje negro y un pequeño resorte transparente del odio al cuello que le cayo encima cuando se disponía a tirar del gatillo, la señora que sin razón alguna lo persigno y le beso en la boca por la mañana cuando salía de su apartamento. Esta historia de redacción extraña que por alguna razón continuas leyendo. De pronto me salgo del texto me paro a tu lado y tomo de tu memoria 45 de tus mas valiosos recuerdos, salgo por una ventana inventada por ti y observas como me desvanezco al tiempo que hay cosas de tu historia personal, que ahora entiendes menos, tal vez si pudieras recordar un poco mas…

Sobre la tramoya se pasea el director, excitado escribe sobre ningún papel el guión de una obra que estreno hace ya un par de años. La hamaca no ha parado de columpiar al mismo ritmo durante toda la mañana, Martín tuvo un gran día en el mar, dos pescadores decidieron volar hacia atrás y las gaviotas fumaban Cohiba mientras contaban sus ya muy escuchadas anécdotas de la cuarta guerra mundial. Mariella le ha preparado unas pechuguitas de ballena a Martín y este siempre encantado de la cocina de su amante, decide cantar para ella mientras la mira dar el ultimo sazón a su platillo, la brisa del mar los cubre y se van transformando en ella mientras comen y se comen, mientras cantan y se cantan, mientras beben y se beben, mientras los pescadores siguen tirando las redes, y las redes se hacen cómplices de los peces, y los peces se funden unos con otros para convertirse en luces, y las luces salen del mar para besarse con el viento, y el viento va jugando con las gaviotas que fuman y vuelan. Y un avión se detiene para que los pasajeros puedan bajar, a miles de pies de altura, a tomar un descanso y disfrutar del paisaje.

Los gritos, la gente corriendo, las luces de los flashes, los golpes que recibía en el cuerpo. El cinescopio levanta la vista de sus pies y mira frente a si; la casa que observa frente a el es bastante pequeña, no parece que pueda ser habitada por mas de una persona, tiene veinticinco ventanas y dieciocho puertas, en el ultimo de los vitrales se ve la silueta de una mujer que teje delicadamente una escenografía.

En las platicas de la cornisa siempre terminan hablando sobre erotismo, es un pacto implícito que las conclusiones son invitadas de mal gusto, pueden si lo desean llegar con acompañantes como lo han sido la reflexión o cómo olvidarlo; hace dos veranos unas interrogantes que venían de Francia y que terminaron llevándolos a una orgía de conceptos. Pero aunque no lo mencionan, parece que los dos están de acuerdo, en que el cúmulo de engaños de la humanidad, proviene del engaño primordial, que significa la dualidad conformada por el deseo y la otredad.

Ahora frente a esta casa que le había comprado en la época que mas dinero genero, a un corredor inmobiliario, que le había presentado su imaginación, el cinescopio entro en una profunda depresión, esta le comenzó cuando vio que la casa que le había costado prácticamente toda su fortuna, era extremadamente pequeña y con un exceso de accesos que podía hacerla blanco fácil de ladrones, después se dio cuenta de que nunca le habían entregado las llaves y eso colmo su paciencia. Cómo era posible se preguntaba, que la sociedad actual hubiese sido tan subordinada gracias a el y el no fuese capaz siquiera de ser una torpe metáfora mía con la capacidad de suicidarse, como protesta de la pasividad y la irreflexión en la que se ha sumergido a la conciencia.

La conciencia, el deseo, el engaño, sinfín de personajes de un director que resbala de una altísima tramoya y cae en la suavidad de su escenografía. Y un televisor que no tiene la culpa de que nadie entienda que no es transmisor, sino receptor del instinto de muerte de una sociedad que se odia a si misma. Y un televisor que es solo un cinescopio de una historia absurda, de una sociedad que se ama a si misma, que sublima. Y una sociedad de infinitas locuras. Y este que escribe que es buen amigo de la locura.

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