Instalación cuyo único material son letras

Monday, June 23, 2008

Naufragio

El tema está sumergido, se le empieza a agotar el oxigeno, se recuerda a sí mismo en su infancia, se piensa en la vejez, le es indiferente el lugar común de la luz al final del túnel y se interroga sobre las cuestiones que tiene pendientes con la sintaxis. La marea le ha resultado como un pase de abordar para un crucero suspendido en el tiempo. Conforme bailaba con la noche, el sonido del oleaje se transformo en un dialogo sobre la existencia, a cada discernimiento suyo, correspondía un ritmo y acento diferentes en las respuestas que el mar arrojaba.

Profundidad plasmada, naufragio de la intimidad, paradójicamente las significaciones tripulantes del barco, han varado en este puerto virtual, y tú, turista teórico, te encuentras en la playa nudista a la que solo pueden acudir los miembros del discurso. El horizonte, sabemos que es inalcanzable, pues habitamos en él, somos él. Los parámetros del museo de arte contemporáneo son el único camarote desocupado, la concentración, la capacidad de abstracción, la interpretación y los atesorados referentes, son las monedas de cambio, o si se prefiere, los títulos nobiliarios que habrán de ser requeridos, para ingresar a las galas de la primera clase en este buque de guerra.

El problema, que en realidad no es necesario, pero para hacernos más entretenido el viaje habremos de solapar su permanencia, será determinar cual brújula usaremos. Si utilizamos la tuya, podríamos encaminarnos en un rumbo enrarecido, pues como aparentemente no estás presente al momento de tratar de lograr este texto… Usar la mía me parece arbitrario, pues no es mi intención darte un paseo y venderte un vulgar entretenimiento, no porque esto no sea una vulgaridad, con lo cual no tengo problema, sino porque me resulta más interesante que este sea un duelo, en el que incluso alguno de los dos muera, e inclusive reviva si así lo deseas. Andemos pues a la deriva, yo daré algunas de las coordenadas y tú eres dueño de todo el espacio entre líneas, para marcar la ruta que a ti te plazca. Tú decide qué tipo de mapa es este, que sean tus conclusiones las que posicionen las velas, que tu aliento sea el fuerte viento que marque el rumbo. Abandonados entonces a la tormenta que amenaza con voltear esta embarcación. La reflexión se asolea en cubierta, tranquila pues a ella la torrencial lluvia y el granizo que azotan a la tripulación, le son como un día calmado lleno sol. El mar.

El rey cae de su castillo, que ejemplificativo de su contradicción el hecho de que Kant no haya salido nunca de su pequeño poblado, el castillo es un galeón, y el rey, lejos de estar desnudo, se sofoca en sus vestimentas tejidas por gusanos. Qué pensara ahora Heidegger de su papel como catedrático durante ya sabemos que periodo tan de moda a últimas fechas, seguro de la suástica también interpreto la importancia del vacío que ocasiona la misma. Viene a toda velocidad en su monoplaza de carreras, Lacan corriendo esquizofrénicamente dentro del galeón. La briza permea con un aroma a la locura de Foucault, y Derrida desde el mástil menos alto, grita que hay que tener ¡cuidado! que resulta que todos somos el capitán y que todos tenemos el timón entre las manos y que nos despreocupemos, al fin que naufragamos antes de poder zarpar.

La sed, diría yo, es el impulso que nos tiene aquí de frente, flotando en este desorden del alfabeto. Estas palabras son el agua que tienen por sal estas letras, y cuando tu placer más íntimo es nombrado y comenzamos a hablar de él, de sus detalles, de las sensaciones que en ti provoca. Estás con tu gran placer en la proa, tu gran placer, aburrido de ti, decide mejor saltar por la borda y tú, tan clichesco como siempre, buscas un salvavidas, enciendes una vela, tomas un poco de café, te cae mal que escriba en segunda persona. De niño a menudo visitaba la sala de urgencias, solía buscarme accidentes fuertes en los que había sangre y mucha tensión por el riesgo presente. También era un placer las caminatas matutinas por el parque acompañado por mi padre. En el cuarto de maquinas están esclavizados todos los escritores, este navío para avanzar quema grandes cantidades de intelectualidad, mientras sigamos occidentales y las teorías mas contestatarias se sigan publicando, este barco seguirá avanzando. Pon todo tu dinero en una cuenta a nombre de un esquimal y dile que haga con él una fogata, habremos de permanecer desnudos mientras sucede la revolución.

La obra de arte camina por la playa, la arena le resulta estética, por supuesto ningún concepto existe y de ahí la suma importancia de todos, las anclas han sido un espejismo y los puertos esperan para descargar todos los contendores de pensamiento. Los servicios portuarios cuando reciben dichos contenedores siempre creen que estos vienen vacios y por causas similares comenzó una de las grandes guerras.

Es un ave que se transforma en pez, en reptil y en mamífero, se sienta frente a toda el agua del mundo y lentamente se consume, se recrea, se imagina que vive y que muere, se lee. Se sumerge, emerge, se empapa de aire, respira, aspira, se detiene. No, de hecho nunca se detiene. En sí, este punto final no existe.

Tuesday, June 17, 2008

Enfrentamiento

Comencemos por el final, sin necesidad de justificación alguna: ¿Recuerdas todos los entierros a los que has asistió? Nunca dejare de pensar en que si nadie de la familia se atrevió, yo debí de haber callado al impertinente que hablaba mientras cumplíamos el último deseo de Adrian, y así logrado que la sinfonía llenara la habitación sin interrupción alguna. Cuando la abuela estaba justo por entrar al horno que convertiría su cuerpo en ceniza… Emilio no dejo de estar serio ni cuando lucia aquel traje negro que él no pudo escoger. Yo camine por primera vez en un velorio, y por la edad que tenia, meses antes del año, resulto una imagen muy peculiar para los que aparentaban estar concentrados en la perdida. Más de dos décadas después, estoy en el mismo recinto donde Sor Juana vivo su enclaustramiento y lo que finaliza el círculo, ósea tu situación actual, es la eterna interrogante.

San Juan es el único santo del que se celebra su nacimiento y no su muerte. Escaleras de constante asenso y descenso, como las que planteaba Echer, sin llevar a ningún lugar y por tanto construidas con ladrillos ubicuos, alojan en cada uno de sus peldaños a una mujer desnuda. Una mujer sostiene un arma y apunta firmemente a su esposo muerto. Una mujer piensa obsesivamente en aquella receta de cocina que por fin su abuela había accedido a decirle, pero la alcanzo la muerte justo antes del ingrediente indescifrable (en realidad la abuela fingió unos minutos pues su fin tardo un poco más de lo que calculaba). Una mujer arrulla a su hijo de dos días de nacido. Una mujer sostenida por su habilidad y destreza poco antes de conquistar el k2. Dos mujeres seducidas deciden no aceptar la pérdida y ambas suben al tren con él, para no regresar más nunca.

Qué clase de ideas merodeaban mientras yo sostenía este duelo con la sintaxis. Le gustaba bajar a toda velocidad por la carretera que atraviesa el bosque y soltar el volante cerrando los ojos, siempre recuperaba el control a tiempo. Estando profundamente enamorado de ella, decidió compartir su costumbre, pero ella entro en pánico y movió el volante causándole la muerte a ambos. Dejemos de un lado los argumentos, el planteamiento puede girar en torno a la finitud de significados de la palabra, palabra que habita y es cómplice de cada uno de nosotros, nosotros que no existe, una congregación completamente en silencio, sin moverse, simplemente mirándose los unos a los otros, concentraciones multitudinarias destinadas exclusivamente a la reflexión, masificación de la filosofía, concertación de un fraude lingüístico, las evidencias se resisten a ser enterradas y se manifiestan descaradamente en cada discurso de la presidencia.

El nacimiento está a punto de suceder, la soprano espera tras el telón, solo queda la bala de la recamara, no aguantó más y su mano se ha soltado de la cornisa, el bebe emite su primer llanto, el artista plasma su firma en un oleo que le ha tomado diez años de trabajo, ayer fue el funeral del cardenal y la monja que era su amante entierra el látigo que el uso durante años para limpiarle el alma. Ven, te invito a que nos transformemos, en lo más intimo de nuestras fantasías, en habitantes de un desierto, en enemigos a muerte, en acordes discordantes, en melodías dodecafónicas, en una gama de color desterrada de la dimensión de la luz. Cambiemos la tonalidad de nuestro espíritu, porque no marcas tú el camino ¿y en qué momento comenzó el nosotros? ¿De dónde te conozco? ¿Te conoces tú a ti mismo? Sé que la pregunta suena a lugar común. Pero piénsalo ¿podrías reconocerte si te vieras en la morgue? Disculpe… creemos que usted está muerto, ¿podría venir a identificar su cadáver?

Hazme el favor de apagar la luz, dile a tu reloj que se calme, no es necesario que el corazón sigua latiendo, la vida es la pasión desmedida, enamoramiento de la respiración. Representación de la fabula metafórica, de la identidad en las palabras que coinciden y se persiguen una a la otra queriendo dejar detrás al significado. Por favor a partir de este momento es necesario que leas este texto tan rápido como te sea posible, se están terminando los instantes, las fabulas, las leyendas, las traiciones, las tradiciones, las traducciones, las inducciones, las incisiones, emancipaciones de las fronteras que delimitan las materias. Es inminente la venganza y yo mismo abre de termina con la vida de mi traductor.

No, la pretensión de este texto no es la de aparentarse fragmentado como aquel roto por la mitad por Burroughs. El comité de decisión acordó que no se buscaría un lugar en una galería de arte, ni la invitación a la cena de fin de año de la realeza de los críticos literarios. Esta convención consiste en ser el ritual de iniciación del fantasma del razonamiento. Es este el bautizo del discurso, el Bar Mitzva del argumento, el funeral del texto.

Un astrónomo y un matemático contemplan la Venus de Botticelli, el árbol deviene en la paleta que alberga los pinceles, que en su sed de oleo hieren la armonía de un lago, en el que las gotas de lluvia encuentran refugió de su solitaria caída. Las ecuaciones cobran un carácter melancólico cuando en la búsqueda por un orden en las constelaciones, la interrogante por la muerte no encuentra más que una incomprobable función tangencial.

Me enfrento al final del texto, aun no he decidido si habrán las letras de ser incineradas…