Instalación cuyo único material son letras

Friday, December 22, 2006

Tres Mujeres

Algunas polaridades se encuentran en una negociación para lograr un acuerdo de pacificación de la realidad. La realidad ha emprendido una guerra descarnada contra si misma. En una de las batallas el tiempo resulto ser todas las victimas, la mayoría de ellas murieron o tienen heridas de extrema gravedad.

Tentaciones musicales, burdeles intelectuales. Tres mujeres caminan por el borde de un puente, el futuro se fuma su penúltimo cigarrillo, le parece curioso que siempre que abre su cajetilla se encuentra con un penúltimo cigarrillo. Una de las mujeres cae del puente y se queda suspendida mirando perpleja el lago.

Hubo un minuto en el que al parecer no se escribió una sola palabra que perteneciese a algún poema. El cuestionamiento se encuentra en un parque, escucha el canto de las aves, se acomoda en la banca y mira el reloj que le regalo el pasado, mira pasar frente a el a dos niños que se ríen de si mismos. Se ha quedado pensativo durante un tiempo largo, mira sus manos y aunque sabe que carece de edad le parecen algo viejas, sin esperarlo, al momento de quitar la vista de si mismo y levantarla hacia el horizonte, se queda pasmado cuando la ve frente a el, no logra distinguirla claramente, no acierta si esta desnuda o vestida. Hace tanto que no la veía, ya en últimas fechas pensaba que era una vivencia de otro, algo que le habían relatado y que de tanto pensarlo creía haber vivido por si mismo, pero ahora se ha dado cuenta de que fue una experiencia propia. La estética se le aprecio de frente, como si nada se acerco a el y lo comenzó a besar como si fuesen enamorados habituales. La segunda mujer callo del puente y en su trayecto hacia el lago se dio cuenta de que no había lago ni puente y que ella no era mas que algunas letras producto de quien sabe que función de mi cerebro.

Un sonido constante, a tiempo preciso, armónico. Tres sonidos de registro grave que forman una estructura y que complementan al primero. Vueltas propuestas que anhelan que parten, Partidas que vuelven y sueñan que abren, opciones que ocurren, devienen proyectos terminan momentos. Se van sumando mis palabras para ir encontrando caminos que recorrer. En el textos saco a pasear mi discurso, sin necesidad de un rumbo fijo, simplemente vamos juntos a ver que encontramos. Mi discurso es un perro que se emociona cuando sabe que saldrá del tedio y podrá explorar lo que deseé sin necesidad de ser un sabueso. El instinto y la razón se encontraron hace varios siglos en una cantina que esta de moda en el centro. Lugar de intelectuales que van a fanfarronear de su creatividad. La razón y el instinto cansados de las fiestas decidieron recorrer rumbos alternativos y sin saberlo se encontraron. Los sonidos, el tequila, el bullicio. La razón y el instinto se miran fijamente, miles de palabras que se mezclan en el ambiente, el aire seducido por el humo de cigarros, la razón y el instinto se continúan mirando. Un mesero que los observa piensa que esta joven pareja terminara en algún hotel de la zona, siempre es así.

El cuarto tiene un foco que cuela de un alambre, hay una cama grande al centro de la habitación y las paredes cuentan demasiadas historias al mismo tiempo, se respira un olor a sudor, un ambiente de jadeos, aunque la luz es blanca el color que predomina es un ámbar casi sepia. Ella esta convencida, el esta decidido, ella lo ha meditado y sabe que lo desea, el se sigue a si mismo como hace siempre, casi no hay muebles en el cuarto, el vació es lo que predomina. La ventana se abra para dar paso a tres sonidos graves que entran y se recargan en la cama que esta frente a la pared, comienzan a seducirse entre ellos y contagian a la razón y el instinto que se van desnudando al tiempo que se continúan mirando fijamente, el cuerpo de ella, delgado y delicado, con un par de senos de tamaño mediano y un sexo estético que al instinto le provocan un calor desmesurado. El cuerpo de el correspondiente su característica animalidad la toma y la envuelve, la besa y la recorre. Los sonidos los miran devorarse el uno al otro, explotarse y regalarse, dejarse en el otro…

La tercera mujer cae del puente, después de algunos momentos cuando advierte que sigue en caída constante y que no pasa nada, el miedo se esfuma y comienza el asombro. ¿Cuanto tiempo puede alguien permanecer en caída libre sin empezar a cuestionarse lo absurdo de la imagen? Su caída se va transformando en todas las caídas, es un a hombre que se ha tirado de un edificio en una ciudad del año 29, es un ángel de bronce que mira como tiembla una ciudad y sigue cayendo, es un obrero que mira a un fotógrafo mientras cae y continua cayendo, es la revolución que cae en un acto publico. La mujer cae finalmente justo a los brazos de los tres sonidos y mira con asombro que estos ven a un ser que parece al mismo tiempo hombre y mujer. ¿Qué miran? Pregunta la mujer a los sonidos, -a ellos- contesta en silencio uno de los sonidos, -¿Quiénes ellos? En la cama solo hay una persona-. Ahí radica el engaño. El engaño viven en un cuarto de hotel del centro donde no se sabe si es un hermafrodita o una pareja formada por unos alcoholizados razón e instinto. ¿Y el centro de donde? de mi discurso, supongo…

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