Instalación cuyo único material son letras

Thursday, September 09, 2010

El autor es el tiempo del verbo

Después de que se perdió en la dirección correcta decidió regresar, colocarse la máscara de nuevo, volver a cometer el mismo homicidio hasta que no le quedara duda de su inocencia, gritar tan fuerte como el sofocante silencio de su pasado se lo permitiera. Entró en la habitación y se percató de que estaba llena de los fantasmas que habitan dentro de su Yo. Tomó a su contraparte por el cuello y le amenazó con sus propios deseos.

Fue fluyendo, lentamente, entre el aroma del olvido, entre la tensión de las cuerdas bucales. La asfixia que provoca escribir en el exilio del tema…

Entra en el espacio literario un presente irreverente que no tiene noción del protocolo gramatical. Se miraran fijamente a los ojos para tratar de encontrar un dejo de sinceridad, en un ambiente pestilente de mentiras. -¿quiénes?- pregunta la neurosis, -quienes los otros quieran- contesta la psicosis. Se desabrocha el sostén y se retira la falda, observa su pecho desnudo y se besa apasionadamente. La humedad provoca la tersa imaginación de una sutil caricia en la boca del secreto. La secrecía significa una existencia vedada, intrigante textura de sutiles pliegues, mojada primicia… cavidades vitales, placenteras verdades.

Te abandonaste  lectora, hasta el punto en que te sentiste tu propia dueña, como si el lenguaje con el que piensas fuese un invento de tu autoría.  La auditoria de tus pulsiones te encontró culpable de defraudarte a ti misma. Como si el mismo que escribe fuese quien lee este texto que la voz de tu mente interpreta. Pretérito pretexto para pretender pertenecer al patógeno presente de tu permanente y persistente precepto de ser precursor de tu premeditada razón premiada.   

Ante la extrañeza de los ojos que recorrían las letras, tomó el espejo y lo estrelló directamente contra su rostro, buscó calmarse, se concentró en la memoria de su infancia, escogió en su mente las primeras conciencias de erotismo y en los fragmentos de luna rota, observo que su sensualidad estaba pautada por su historia. La impronta con la que se fija la mirada y la musicalidad de las primeras palabras que escuchamos en nuestra vida, definitivamente determinan el resto de los momentos en este desenrollar el proceso de alejar a la muerte. Solo el referente permite comprender al semejante.

Acumulados los segundos en los significados ¿Qué sería de las preguntas sin la historia? ¿Cuándo debemos colocar el punto final del último párrafo? La multiplicidad de las voces en el lenguaje escrito es solo posible con la interpretación del lector. Abril tomo su butaca, el pianista entro en la sala, fiel a su costumbre, ella cerró los ojos para no contaminar las imágenes que la audición estaba por proporcionarle. Comenzó el Intermezzo de Manuel M. Ponce. Sofía se centró en las palabras del filósofo que sostenía el mezcal. La habilidad de ramificar cada palabra como si se desligara del contexto… Los argumentos sobre la ambigüedad del arte, la indiferencia social sobre la propia historia, la erótica del silencio… el contrapunto de la idea, la tonalidad del sujeto, la música entre el lenguaje…

La luz envuelve las imágenes de keith Jarret, empapa los cuerpos que oscilan entre el sueño y la contemplación de la piel del otro, el aroma de los amantes cuando los palapa el amanecer, la vibración de las palabras que viven entre cuatro labios sutiles, miradas que ondean humedad, espasmos y placeres que flotan en un ambiente sin pasado.

Como si los sucesos desaparecieran, como si el tiempo fuese verdad, las cosas que nos suceden nos siguen sucediendo hasta el día en que morimos, y allí, lo que escribimos, lo que los vivos recuerdan que les contamos, lo que plasmamos en una partitura, seguirá sucediendo mientras haya quien reinterprete eso que es tan obviamente atemporal, que es lo que está plasmado que fuimos, somos, seremos y demás conjugaciones… irremediablemente, incluso si logramos colonias más allá de este planeta, algún día la vida humana habrá de llegar a su fin. En ese momento y no antes, todos habremos de morir al mismo tiempo.  

No comments: