Instalación cuyo único material son letras

Tuesday, May 20, 2008

Muerto tres veces

Hoy he muerto tres veces, el desierto presenta un clima templado, hay quienes logran vencer la existencia de forma casual, basta con recordar aquel piloto que escapando de una batalla contra sí mismo, fue de la máxima altitud al ras del suelo y logro ver dos amaneceres consecutivos.

El instinto marca el ritmo, la gravedad no sede, la intención es devorarlo todo hasta el punto del ascetismo. El asceta cae de su pendiente y se desangra bruscamente en su accidentado descenso hacia la verdadera nada. La coincidencia en el tono de voz, la melodía es simple y contradictoria pues es carente de sonido, no es un silencio engañado, es solo una parábola de tu memoria musical.

No me gusta esto que escribo, es esta una batalla del deseo, me encanta escribir, y tal vez sea un fetiche presionar las teclas y observar cómo van surgiendo incongruencias que son testamentos. Probablemente las comas son un código que oculta el camino a un cementerio o si prefieres, podemos cambiar la imagen a tu infancia, alguna escena melosa en la que todo era felicidad y la risa una densidad que te mantenía suspendido, como flotando en la ambigüedad de un mar en el que no existía el ahogamiento.

Un barco en mitad de la Antártida con un capitán ansioso de encontrarse con el naufragio perfecto. El último piso de un edificio en llamas y el sexo consiente del fin, que se desarrolla en la oficina del presidente de la corporación, sin embargo el titular no se encuentra, es su esposa y su asistente los que redimen su último minuto de vida. Saben que mañana incluso muertos deberán continuar con sus deberes. La mirada de una mujer justo después de ser apuñalada y la incredulidad que le causa el que encuentre atractivo a su asesino y le dé tiempo de imaginarlos a ambos en una boda ideal. Ella muere. Como todos.

Cuántas veces habré de encontrarme con la muerte, mirarla a los ojos, tomarla entre mis brazos y sentir su tenue respiración, cuántas veces habré de burlarme de metáforas soeces como las de las frases anteriores, cuántas veces seguiré siendo un impostor de mi. No quiere decir que sea otro sino que soy ninguno, trato de huir de mi cada minuto que termina en tres, me regocijo de vivir en mi en todos los minutos pares, seguramente hay quien tiene por fetiche los números primos.

Ella creé que él simplemente tiene otra, él no se atreve a confesarle un homicidio. Le han diagnosticado que morirá en un año a más tardar. Se ha despertado y ha encontrado a su hijo muerto. Temeroso de una resaca al despertar se ha quedado ciego. Ha descubierto a su esposa y a su padre en una orgia con tres niños pequeños. No sabe si sus sospechas son ciertas o si es el medicamentó lo que le tiene aterrado. Finalmente ha dejado su trabajo y a golpeado salvajemente a su exjefe hasta dejarlo inconsciente, ahora siente una paz que lo abruma. Ella le ha abandonado e incógnitamente le ha donado el órgano que le permitirá vivir, no se lo ha dicho porque sabe que él no lo sabría agradecer y lo interpretaría como un chantaje. Por fin se han cumplido veinticinco años y ahora les confesara a sus tres hijos que no son hijos de su padre, ansia desde hace tanto ver las caras de odio en esos hijos que ella creé le robaron la juventud y la belleza. En dónde están los argumentos, de qué se esconden las historias. ¿Quieres encontrar un prostre en este lugar? Te suplico que me devuelvas el camello que me robaron tus ancestros, pongamos las cuentas claras y veamos en que familia ha habido más bajas, la maquinaria del reloj será el parámetro para la venganza.

Seguramente sería concurrida esta lectura si yo lograse plasmar tu tragedia disfrazada de la mía o viceversa, la cuestión es que el disfraz es lo que enamora, solo yo me he sentido un impostor frente a ese espejo que todo el tiempo me vanagloria y me reclama, me aturde de halagos y me sofoca de reclamos. Seguramente hay a quienes una vida en pausa les parece muy valiosa pues carece de exabruptos, ignorar la tragedia propia es renunciar a sí mismo. Quiero asientos de primera fila para la función de estreno del monologo que yo interpreto, sin embargo he de admitir que asistiré por compromiso pues me parezco un pésimo actor. Encuentro cierta valía en mi dirección de escena, pero el personaje es en realidad el culpable. Quisiera definir la lista de los canapés que habrán de repartirse el día de mi entierro, me gustaría que una prostituta disfrazada de presidente me diera la extremaunción, es importante que nadie sepa de dicha farsa pues se sentirían engañados. Los santos oleos están plasmados en un lienzo que narra la historia de la mentira. Ya que la religión decidió invitarse a este texto por qué no imaginamos una conjunción de ausencias de disfraces entregados al eros, en una catedral en la que el papa, de cátedra de mundanidad haciendo gala de la historia de su institución y develando los sutiles deseos que han costado tanta penitencia.

¿Que te gustaría encontrar hacia el final de esta situación? ¿Qué te dejaría un buen sabor de boca (en el espíritu, claro)? o tal vez prefieras irte con amargura, probablemente te deje satisfecho si logro construir imágenes en tu mente, concernientes a tus infiernos mas íntimos y te hago reflexionar sobre los mismos, tal vez ofrecerte una puerta a alguna especie de cielo y dejarte esperanzado por el resto del día es lo que te dejaría mas complacido. He de confesar que no tengo ningún interés por inmiscuirme en tu vida, no solo la imposibilidad física del acontecimiento sino el placer de la convivencia me marcan una distancia para con lo que tu consideres fuera del alcance de esta discusión. La esperanza es que sea una discusión, que estés en desacuerdo conmigo. Aunque sé que es pretensioso te aseguro que existe el esfuerzo por imaginar tus objeciones, te agradezco la crítica y la situación construida simplemente desde la antelación de saber del encuentro que habrá de acontecer.

Así como mi voz esta carente de mi, la posibilidad de establecer un dialogo con tus ancestros es lo que hace que esta pueda ser de alguna manera una conversación. Ha quedado cancelada la suscripción al funeral mensual de la razón. Dejaremos de asistir al velorio recurrente del pensamiento de occidente y dejaremos de tomar café con los intelectuales que cada 30 días comparten la pena con nosotros. Te propongo entonces que seamos asiduos de algún manicomio abandonado y organícenos grandes festines y bacanales en las que los ex presidentes sean los meseros y los demás podamos dedicarnos libremente a perdernos de nosotros mismos y a hacer la puesta en escena de la libertad del otro, si sabes que la última frase no es mía por favor avísale a Paz que nos encantaría que asistiese, se su contestación pero insístele en que el hecho relativo de que este muerto, no es pretexto para no asistir a un evento que de todos modos no sucederá. Y habremos de invitar un notario público para que de fe de los hechos sucedidos. ¿Querrá venir Dios a nuestra fiesta? Al parecer sigue profundamente deprimido y enojado con Federico.

Por favor despídeme de todos, mándale saludos a tus recuerdos, nos vemos aquí dentro de miles de años a la misma hora. Si el Big Bang no acude puntual a la cita, esta vez habrá de quedarse fuera, no importa que el universo no se vuelva a formar, al fin nunca sucedió. Al fin esto no existe, y así aquí estas…

Frente a mí.